Imsomnio

La psicóloga Mireyle Morales Zárate de la Unidad Medica Familiar No. 65 del I.M.S.S. en Oaxaca, señalo: “El mayor número de casos de insomnio acontece entre la población de 20 a 50 años de edad.” 

 

Factores emocionales, detonantes de insomnio: I.M.S.S. 

“El insomnio es una condición muy generalizada entre la sociedad que de hecho, está presente en un 10 a 15 por ciento de la población, siendo sus principales detonantes aspectos emocionales que tienen que ver con depresión, ansiedad y estrés,” informaron médicos del Instituto Mexicano del Seguro Social (I.M.S.S.) en Jalisco. 

 

Recuerdo que a los 5 o 6 años padecía de un terrible trastorno del sueño, debido al profundo miedo que sentía a la oscuridad y a dormir solo. En muchas ocasiones corría a cobijarme al lado de mis abuelos ya que estando con ellos me sentía seguro, aunque la realidad era que no quería cerrar los ojos porque me aterraba el silencio y la soledad. 

 

Ese terrible temor se acrecentaba al escuchar la historia fantástica de duendes, de la matlacihuatl, del diablo y todas esas narraciones escalofriantes que contaban los adultos. Yo no quería ir a la cama después de escuchar esas historias, me acuerdo de lo absurdo de mi procede por un lado era experimentar el miedo a escuchar esas leyendas y por otro, la excitación de experimentar esa emoción.  

 

En la escuela, al sentir la angustia por los exámenes me aparecía una gran preocupación que me provocaba insomnio; en los momentos que conciliaba el sueño, creí o pensaba que si me dormía profundamente no despertaría y perdería el examen; en consecuencia, todo mi año escolar se iría a la basura. Aunque también, al no poder dormir, ni siquiera me podía concentrar en estudiar porque solo pensaba en una serie de tontería, una tras otra, el fin del mundo, los temblores, un sinfín de tragedias, que solamente acrecentaban mi angustia. 

 

La desesperación y ansiedad que sentía me llevo a visitar varios médicos generales, homeópatas, naturistas y quiroprácticos, pensando que mi problema era de salud física, al grado de tomar medicamentos controlados, pero sin resultados algunos; también recurrí a remedios caseros como contar borregos, rezar, entre otros; pero realmente en lo único que podría pensar era por qué no podía dormir y ese pensamiento me llevaba a un sinfín de preocupaciones; cerraba los ojos y veía remolinos o culebras, cosas y situaciones horribles; ¡era un terrible sufrimiento! Al siguiente día no tenía ganas de trabajar o estudiar, porque de igual manera me ponía a pensar en que llegaría la noche y la historia se repetiría. 

 

Era tan desesperante mi situación, mi sufrimiento era evidente a los ojos de los demás, algunas personas en mi entorno preocupados por mi salud y bienestar se acercaron y me transmitieron el mensaje de Neuróticos Anónimos. 

 

Con mucha incredulidad y desconfianza acepté acercarme al Movimiento Buena Voluntad 24 Horas de Neuróticos Anónimos y al poco tiempo, sin darme cuenta, empecé a dormir sin problema. Hoy puedo descansar tranquilo y, si tengo que despertarme a medianoche, puedo volver a conciliar el sueño. Ahora puedo disfrutar, tanto el día como la noche.